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Dukha
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Adentrémonos ahora en un lugar más profundo. El mal que nos aqueja a todos por igual, el problema de la infelicidad corriente llamado en sánscrito DUKHA. Esa insatisfacción profunda que existe desde los orígenes de la humanidad.

 

La mayoría de los hombres vive una vida de desesperación silenciosa. Algunos la llaman resignación pero es una desesperación confirmada. Están aquellos que migran de la ciudad al campo creyendo que la cercanía de la naturaleza puede acallar el síntoma. Hay quienes se entretienen en juegos, lecturas o en la diversidad de vínculos.

 

Pero aunque lo neguemos o no lo registremos, todos vivimos DUKHA en mayor o menor medida. Lo interesante es saber que ese estado es el punto de partida para el desarrollo de la conciencia.

 

Mientras no concientizamos esa angustia de la existencia continuamos creándonos falsas necesidades. Es como el gato y el ratón: siempre hay una nueva presa para atrapar. Y ahí llegará una vez más la insatisfacción tan conocida.

 

El yôga como filosofía de autoconocimiento nos provee de recursos para explorarnos y descubrir aquellas potencialidades que residen en nuestro interior. Cuando hacemos contacto con nuestro ser, algo nace y comenzamos a disfrutar del presente, a valorar ese instante único que creamos en cada respiración. Y es ahí donde DUKHA se transforma en SUKHA, la felicidad corriente.

 

En ese estado ya no deseamos alcanzar nada, sólo emerge el sentimiento de percibirnos vivos y sonreír.